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8 de Marzo de 2005

Plenario Inaugural

La Cumbre quedó inaugurada esta mañana en una sesión plenaria de inauguración con breves discursos de Fernando Henrique Cardoso, Presidente del Club de Madrid, de Bernardino León, Secretario de Estado de Asuntos Exteriores para Iberoamérica, de Alberto Ruiz Gallardón, alcalde de Madrid, de Esperanza Aguirre, Presidenta de la Comunidad de Madrid y de Su Alteza Real, el Príncipe de Asturias. Todos ellos recordaron la fortaleza y valentía con la que el pueblo de Madrid afrontó los sucesos del 11-M y expresaron su confianza en que la Cumbre sirva para proponer soluciones y vías de actuación que permitan a los pueblos y los gobiernos combatir el terrorismo de una manera más eficaz.

Audio


Transcripción

Presentador: En breves momentos van a hacer su entrada sus Altezas Reales los Príncipes de Asturias. Con la venia de sus Altezas Reales, quiero darles las gracias en nombre del Club de Madrid por estar presentes hoy aquí en el acto de inauguración de la Cumbre Internacional sobre Democracia, Terrorismo y Seguridad.

Con ustedes tiene la palabra el excelentísimo Sr. Don Fernando Henrique Cardoso, Presidente del Club de Madrid.

Don Fernando Henrique Cardoso. Presidente del Club de Madrid

Buenos días, señoras y señores, Altezas Reales, los Príncipes de Asturias, Excelentísima Presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid, Doña Esperanza Aguirre, Sr. Don Alberto Ruiz Gallardón, Alcalde de Madrid, Don Bernardino León, Secretario de Estado de Asuntos Exteriores para Iberoamérica, señoras y señores.

En primer lugar yo quisiera decirles que es un gran honor y un placer para mí darles la bienvenida en nombre del Club de Madrid a esta Cumbre Internacional sobre Democracia, Terrorismo y Seguridad. El club de Madrid acoge en su seno a ex jefes de Estado y de Gobierno, procedentes todos ellos de naciones democráticas. Para el club de Madrid la democracia y la cooperación internacional son requisitos imprescindibles y constituyen la piedra angular para lograr un mundo mejor. El Club cuenta en la actualidad con 55 miembros y su número de socios no ha dejado de crecer desde su creación.

Personalmente, estoy convencido de que uno de los principales atractivos de pertenecer a nuestro club es la posibilidad que nos brinda de visitar con regularidad esta magnífica y bellísima ciudad que es Madrid, el mismo Madrid cuyo brillo quedó totalmente ensombrecido hace ahora un año.

El terrorismo es ante todo un atentado contra la vida humana pero también representa una amenaza para la libertad, la democracia y la paz. Madrid, al igual que antes Nueva York ha pagado un altísimo precio en términos de vidas humanas y de sufrimiento, obligándonos a despertar ante el impacto mortal que representa esta nueva amenaza global. En ambos casos, no hubo previo aviso antes de los atentados ni tampoco reivindicaciones posteriores. El único propósito de los terroristas era asesinar y mutilar al mayor número de personas posible. Lo que pretendían los terroristas era intimidar y coaccionar, generar miedo y odio en nuestra sociedad. El uso indiscriminado de la violencia contra civiles inocentes no conoce límites. Los centros neurálgicos y estratégicos de este mundo interconectado en que vivimos son especialmente vulnerables y aquí incluyo desde los gaseoductos hasta las redes de comunicación. Las consecuencias de un ataque terrorista que utilice armas químicas y bacteriológicas son demasiado horripilantes como para planteárselo siquiera. En pocas palabras, el terrorismo constituye una amenaza para la paz y la seguridad internacional. Se trata de una amenaza para nuestros seres queridos, un ataque contra cada uno de nosotros. Lo cierto es que hoy nos enfrentamos ante un fenómeno complejo y cambiante para el que no existen soluciones fáciles. La respuesta militar es indudablemente un componente esencial de esta ecuación pero la acción militar por sí sola no es suficiente para resolver el problema, porque es más, puede incluso agravarlo ya que los grupos y bandas terroristas sienten que están participando en guerra abierta y de hecho es ese el sentimiento que les mueve. Esperan que sus adversarios reaccionen violentamente siendo esta misma violencia la que les lleva a endurecerse aún más, afianzando su determinación. Cualquier acción unilateral por parte de una sola nación sería insuficiente por muy contundente que esta sea. El terrorismo actual no puede circunscribirse a las fronteras de un estado, se ha convertido en un problema transfronterizo y multinacional. Además de resultar insuficiente como respuesta al terror, el unilateralismo no hace más que debilitar el sistema internacional incrementando la sensación general de inseguridad. Por otra parte, una política de indulgencia hacia el terrorismo puede tener consecuencias incluso más desastrosas por lo que tampoco es una opción viable. Y tampoco conseguiremos resolver el problema con ideas altruistas y palabras generosas de comprensión y tolerancia. No hay lugar para la autocomplacencia en la lucha contra el terrorismo. Debemos conjugar nuestra fe en la democracia con la clara determinación de actuar. Señoras y señores, el terrorismo se alimenta de la humillación y el resentimiento, pretende promover la intolerancia, se aprovecha de la división y atenta contra la unidad de los pueblos, religiones y culturas. Solamente podremos vencerlo de una forma duradera a través de una respuesta conjunta, flexible, sostenida y exhaustiva por parte de toda la comunidad internacional. El reto común al que nos enfrentamos ahora consiste en llegar a un consenso entre las naciones democráticas que permita diseñar estrategias eficaces para la lucha contra el terrorismo salvaguardando y protegiendo al mismo tiempo los valores, usos y costumbres democráticos. Pero para que esta respuesta sea eficaz y legítima debe basarse en el pleno respeto a los derechos humanos y a los principios del derecho internacional. Los medios empleados deben reflejar los fines perseguidos. Es por ello, que tenemos que conjugar fuerza y resistencia, incluía la decisión consensuada de utilizar la fuerza cuando sea necesario comprometiéndonos a respetar el ordenamiento jurídico tanto a nivel internacional como nacional. Para poder actuar de forma concertada es imprescindible reforzar la confianza y la cooperación internacional entre pueblos y gobiernos. La confianza es un requisito imprescindible para que pueda producirse por ejemplo un buen intercambio de información y un alto grado de coordinación entre los servicios de inteligencia, necesario para prevenir ataques terroristas o para impedir que grupos terroristas utilicen instrumentos como Internet y el sistema bancario internacional para sus fines. Fraguar esta confianza y potenciar la cooperación es mucho más importante que el establecimiento de nuevas agencias y mecanismos institucionales.

La cumbre de Madrid nos brinda la oportunidad de mirar hacia el futuro afianzando los lazos democráticos que unen a nuestros pueblos y gobiernos. Los últimos acontecimientos sucedidos en Afganistán, Irak y Palestina constituyen pasos concretos en ese arduo proceso de democratización, paz y seguridad. En todos estos países se han celebrado elecciones limpias y justas, en algún caso contra todo pronóstico. Todos estos esfuerzos merecen nuestro apoyo. La democracia no se puede imponer desde arriba ni desde afuera. Se trata de un proceso esencial de construcción nacional pero son los procesos internos los que pueden ser apoyados por la comunidad internacional, por las Naciones Unidas, por países que decidan hacerlo. Al fin y al cabo son los pueblos los que promueven y defienden la democracia. Los ciudadanos participan activamente en un sistema democrático. No asumen el papel de víctimas pasivas. En esta cumbre tendremos la oportunidad de debatir los modos de fraguar alianzas y reforzar la solidaridad con toda una serie de expertos y líderes de la sociedad civil que están en la vanguardia de la lucha por la democracia en sus respectivos países. Ahora bien, la democracia no puede reforzarse a nivel nacional para luego debilitarla y socavarla a nivel mundial. ¿Cómo es posible que un dirigente mundial enarbole la bandera de la libertad y de la democracia diciendo que son su principal objetivo cuando al mismo tiempo impulsa políticas que desautorizan y restan fortaleza a las Naciones Unidas, el único mecanismo que tenemos para lograr un alto nivel de gobernabilidad democrática a nivel internacional. Quisiera proponer que hablemos aquí sobre acciones e instrumentos concretos que permitan aumentar la capacidad de las instituciones internacionales y que al mismo tiempo aumente su transparencia y eficacia. Esta cumbre que comienza hoy es un hito. Por primera vez se reúnen dirigentes políticos, expertos, eruditos y activistas de la sociedad civil para debatir y hacer propuestas sobre cómo responder a una de los principales retos que amenazan a nuestras sociedades. Les invito a todos a aceptar el reto y traducir nuestros conocimientos colectivos y nuestro compromiso en medidas concretas y en un plan de acción. El mejor tributo que podemos rendir a las víctimas del terrorismo de Madrid y de otras partes del mundo es la elaboración de una Agenda de Madrid firme y convincente que implique a todos los gobiernos y naciones del mundo en la lucha por la paz y la democracia.

Quiero también agradecer y muy especialmente, de todo corazón, a sus Altezas Reales aquí presentes, a la Casa Real, al Gobierno de España, a la Comunidad de Madrid, a la Alcaldía de Madrid, que nos han, desde el comienzo, ayudado a organizar este congreso y que nos han prestado toda clase de apoyo. Quiero decirles, para finalizar, que yo insto a que reaccionemos contra el terrorismo. Hagámoslo diciendo “sí a la vida y no a la muerte” como hizo don Miguel de Unamuno durante la atroz Guerra Civil española. Muchísímas gracias por su atención.

Presentador: Seguidamente les dirigirá la palabra el excelentísimo Sr. Don Bernardino León. Secretario de Estado de Asuntos Exteriores y para Iberoamérica.

Don Bernardino León. Secretario de Estado de Asuntos Exteriores y para Iberoamérica

Altezas Reales, Señor Presidente del Club de Madrid, Señora Presidenta de la Comunidad de Madrid, Señor Alcalde de Madrid, excelentísimos señoras y señores. Este viernes día once se cumple un aniversario que nunca habríamos querido conmemorar. Los terribles atentados de Madrid que segaron la vida de 191 personas inocentes de 17 nacionalidades diferentes, causaron más de 1.500 heridos y conmocionaron a una sociedad y al mundo. Su memoria y la de tantos otros a los que el terrorismo también les arrebató cobardemente su vida es una inagotable fuente de dolor pero también de coraje para no desfallecer en la lucha contra esta amenaza. La Cumbre sobre Democracia, Terrorismo y Seguridad organizada por el Club de Madrid y que hoy inauguramos constituye una aportación necesaria al debate y a los esfuerzos que las sociedades democráticas estamos dedicando a la lucha contra el terrorismo. Quisiera desde este momento y desde esta tribuna agradecer la presencia de todos aquellos que han acudido a la llamada del Club de Madrid por contribuir a poner un poco más de luz en este campo. Quisiera agradecer muy especialmente su presencia en estos actos como muestra de solidaridad y afecto con el pueblo español en unas fechas tan señaladas. Esperamos que el fruto de estos debates de estos días sirvan para guiar nuestras acciones futuras y evitar que nuevos nombres se unan en el futuro a los miles de víctimas que ya han sufrido y sufren aún hoy la barbarie terrorista en cualquier lugar del mundo. Durante tres días más de doscientos expertos y numerosas personalidades procedentes de más de medio centenar de países se reúnen en Madrid para analizar la complejidad del fenómeno terrorista y la globalidad de su amenaza. Grupos de trabajo y mesas redondas analizarán cómo se forma y cómo surge el terrorismo, cuáles son los factores subyacentes que generan un caldo de cultivo de nuevos simpatizantes, cuáles son las fracturas políticas, económicas y sociales que generan el surgimiento de movimientos terroristas. Cómo se fraguan la intolerancia y el extremismo que amparan el terrorismo. Este ambicioso análisis y debate es necesario para conocer la complejidad y diversidad del fenómeno terrorista pero también para poder identificar los remedios y las medidas contra el mismo, para proponer principios y vías de actuación. La Cumbre de Madrid es coetánea al debate de la comunidad internacional sobre las nuevas amenazas, los desafíos y cambios que tienen lugar en el siglo XXI. Por eso es importante contribuir desde esta cumbre a profundizar en el consenso de los diversos actores internacionales en la lucha contra el terrorismo. Los largos años de lucha contra el terrorismo nos han enseñado que la unidad y el compromiso de todos es la base de nuestra fuerza y legitimidad. También nos ha enseñado que en la lucha contra el terrorismo no hay atajos. Es una batalla que debemos librar a largo plazo. La promoción del consenso y la cooperación resultarán pues imprescindibles para que la sociedad internacional se dote de los instrumentos necesarios para luchar contra un terrorismo global al que nadie es ajeno. A labrar ese consenso necesario contribuirán el jueves 10 de marzo representantes de más de 60 países y los altos representantes de las principales organizaciones internacionales tendrán la oportunidad de exponer sus ideas y propuestas en materia de lucha contra el terrorismo. La participación del Secretario General de las Naciones Unidas en esta Cumbre, que quiero agradecer muy especialmente desde este momento y su compromiso en la promoción de una estrategia global contra el terrorismo, responde sin duda a esta necesidad de actuación conjunta en la lucha contra esta plaga; un terrorismo que es necesario condenar en todas sus formas y manifestaciones. No debemos dejar resquicio alguno que pueda ser aprovechado por los grupos terroristas en su propio beneficio. Nuestra firmeza es su debilidad. Decía Tito Libio que “ningún crimen tiene fundamento razonable”. El terrorismo menos que ninguno. En la base del consenso internacional debe estar la condena inequívoca de cualquier tipo de terrorismo sin que sea aceptable la identificación del mismo con cultura o religión alguna. Ninguna causa por legítima que sea ni ninguna ideología puede justificar el terrorismo. La democracia es el fundamento y el límite de la lucha contra el terror. Es el fundamento porque la democracia no es sólo la mejor vacuna contra el terrorismo sino porque precisamente el terrorismo ataca frontalmente los principios y valores democráticos, los derechos humanos y el Estado de derecho. Es el límite porque los principios y valores democráticos no son renunciables ni sacrificables en ninguna política antiterrorista que por lo tanto debe ser absolutamente respetuosa con los valores que defiende. Los ciudadanos, columna vertebral de la democracia, son un elemento esencial en la lucha contra el terrorismo. Iniciativas como la de la Cumbre de Madrid, en que la participación de la sociedad civil es decisiva, contribuyen a movilizar a la sociedad y a aislar el terrorismo y a quienes lo predican y apoyan. Una movilización social que impedirá que se levanten muros de incomprensión e intolerancia y de la que surge así mismo un espíritu de solidaridad y compromiso de cooperación. No quisiera concluir sin hacer una especial referencia a las víctimas del terrorismo que por su parte tienen también un papel fundamental que desempeñar. La voz de las víctimas puede y debe ser un referente moral inexcusable en toda política antiterrorista. Sus demandas deben ser apoyadas con medidas activas de los estados y sus voces deben ser oídas y respetadas en los foros nacionales e internacionales. En definitiva, con esta cumbre que ahora se inaugura, hemos querido que una sólida reflexión práctica que contenga propuestas y vías democráticas de actuación, contribuya activamente a aunar esfuerzos y a labrar ese consenso internacional necesario para luchar con la mayor eficacia contra el terrorismo. Es una exigencia de los ciudadanos y la mejor manera de rendir homenaje a todas las víctimas del terrorismo. Muchas gracias.

Presentador: Seguidamente les dirigirá la palabra el excelentísimo Sr. Don Alberto Ruíz Gallardón, Alcalde de Madrid.

Don Alberto Ruíz-Gallardón. Alcalde de Madrid

Altezas Reales, autoridades, señoras y señores. Al igual que hace un año la mirada del mundo está hoy puesta aquí, en nuestra ciudad de Madrid. Sin embargo, hay una diferencia, una diferencia importante que distingue este momento de aquel. Si el 11 de marzo fueron el crimen y la tragedia los que nos situaron en la primera línea de atención, hoy lo hacen la esperanza y el compromiso. Porque después de mucho, mucho dolor, de un largo año de sufrimiento y de perplejidad, Madrid se sobrepone. Y lo hace para dar la bienvenida a una de las mayores reuniones de Jefes de Estado y de Jefes de Gobierno, de antiguos mandatarios, de académicos, de intelectuales, de artistas, de líderes religiosos. Y lo hace desde la confianza de que su presencia entre nosotros será de utilidad, no solo para restañar las heridas todavía abiertas, sino sobre todo para atajar un mal que sigue amenazando con hacer daño. Pero al abrir sus puertas a esta importante representación, Madrid debe y quiere también expresar un ruego. Altezas, debo dirigirme con vuestra venia a las personalidades que hoy nos visitan para trasladarles, en nombre de los ciudadanos de Madrid, dicho ruego. Vosotros, gobernantes del mundo, analistas, hombres de ciencia, personas en quienes recae la responsabilidad inmensa de orientar los pasos que nuestras naciones darán en los próximos años, llegáis a Madrid, convocados por la memoria de las gentes sencillas y trabajadoras que fueron aquí asesinadas hace un año. Acudís a una ciudad herida pero no a una ciudad mártir; a una ciudad que el 11 de marzo no se doblegó ante el terror y que aunque no quiere nunca olvidar a las víctimas sí se niega a reducir su identidad al puro duelo. Por el contrario, encontráis una ciudad que pone por encima de todo, incluso de la injusticia misma que se le ha hecho, sus ganas de vivir, su espíritu abierto y tolerante. Sin embargo, a pesar de la fortaleza de carácter que esta ciudad revela, os necesitamos. Necesitamos vuestro compromiso y vuestro esfuerzo para que nos sea más fácil volver a sentirnos seguros. Precisamos de vuestra capacidad para penetrar en las oscuras mentes que nos han atacado, de modo que encontremos el modo de impedir que vuelvan a hacerlo. Por eso creemos que los que aquí os halláis presentes tenéis la responsabilidad ante Madrid y ante el mundo de dar con las claves que nos permitan erradicar de la faz de la tierra la lacra terrorista. Por eso, Madrid hoy os pide, amablemente, como siempre se muestra esta ciudad que es ante todo la vuestra, pero con la firmeza y la autoridad de que están investidos aquellos que han sido víctimas del terrorismo, el mayor esfuerzo ético e intelectual del que seáis capaces. Os preguntaréis quizás si no es injusto que dirijamos nuestras expectativas hacia vosotros que ya tratáis de desentrañar los mecanismos de la cerrazón humana y no hacia los criminales que nos maltrataron y que nos amenazan. Pensaréis incluso cómo nos atrevemos a depositar una confianza tan elevada en vuestro papel cuando a veces a nosotros mismos nos cuesta encontrar el camino. Y la respuesta es sencilla: no tenemos nada que decirles a los terroristas pero queremos, necesitamos intercambiar con vosotros ideas acerca de su final. Sólo esperamos que nos ayudéis a derrotarlos, a expulsarlos para siempre de la Historia. Sólo queremos que nos orientéis sobre el modo más eficaz de desengañar a aquellos que todavía piensan que existe alguna clase de justificación política, religiosa o ideológica para hacer del hombre un instrumento de violencia en vez de un motivo de celebración y concordia. Altezas, durante un año hemos sentido afecto, aprecio y comprensión. Durante un año hemos notado el apoyo llegado desde el primer momento de muchas ciudades y países del mundo con la mayor sinceridad, con la máxima humanidad. Adoptando a menudo expresiones muy conmovedoras. Durante un año al fin, hemos sabido que de todas esas muestras de solidaridad, la primera y la más intensa era la de la propia Corona cuya sensibilidad y vigencia representáis. Pero después de ese año tan valioso en sí mismo, ingresamos, queremos hacerlo en otro tiempo. Porque ha llegado el tiempo de las soluciones. El tiempo de las respuestas, inteligentes, viables, esperanzadoras, por más que se arrojen también difíciles. El tiempo de ver plasmada en la realidad la superioridad ética y material de las democracias sobre las organizaciones terroristas, sobre sus aparatos de apoyo y sus coartadas doctrinales. El tiempo en fin, en que todo el conocimiento y la autoridad moral de las sociedades abiertas, deben concentrarse en las conclusiones que, con propósito eminentemente práctico, se recojan dentro de unos días en la llamada Agenda de Madrid. Una Agenda para ser aplicada, utilizada y probada en la prevención efectiva de los atentados terroristas así como en la extinción total de esta forma de violencia particularmente cruel.

El 11 de marzo fue atacado y puesto a prueba nuestro modelo de convivencia. Los terroristas intentaron que esta ciudad abierta en la que conviven personas de 180 nacionalidades diferentes olvidara su carácter tolerante y su apuesta por la confianza entre culturas como vehículo de progreso. No lo consiguieron. Y eso demuestra la fortaleza que más allá de su debilidad aparente asiste a las democracias. Nada más oportuno por tanto que la promoción activa de la democracia a la que se ha consagrado el Club de Madrid y su apuesta por esta forma de gobierno y sobre todo de convivencia, como única vía eficaz y éticamente aceptable de terminar con el terror. Nos enorgullece que esa empresa democratizadora que representa también una batalla contra el terrorismo lleve el nombre de nuestra ciudad. Porque como alguien escribió “la libertad es indivisible y cuando un hombre está esclavizado ninguno de nosotros es libre” Por eso mientras el terrorismo azote el mundo, no importa bajo que pretexto, mientras otras ciudades sean víctimas de atentados y chantajes, mientras exista un solo hombre perseguido por la intransigencia, Madrid, capital consciente y solidaria de un país en donde el terrorismo ha asesinado en los últimos 30 años a un millar de personas se seguirá sintiendo amenazada, se seguirá sintiendo indignada, se seguirá sintiendo concernida. En la confianza de que los asistentes a esta cumbre sabrán dar lo mejor de sí mismos durante estos días, de que el sacrificio de las víctimas del 11 de marzo no habrá sido por lo tanto baldío, quiero reiterarles ahora la más sincera y sobre todo la más expectante bienvenida de los ciudadanos de Madrid. Y debo, Altezas, también, expresar de nuevo la gratitud de esta ciudad a la Corona cuyo calor y cercanía sigue reconfortándonos un año después. Bienvenidos a Madrid. Muchas gracias.

Presentador: A continuación les dirigirá la palabra la excelentísima Sra. Doña Esperanza Aguirre. Presidenta de la Comunidad de Madrid.

Doña Esperanza Aguirre. Presidenta de la Comunidad de Madrid

Altezas Reales, Presidente Cardoso, señores ministros, autoridades, señoras y señores. Hace un año Madrid fue la víctima del peor atentado terrorista de la historia de España. Ciento noventa y dos conciudadanos nuestros fueron asesinados, y más de mil cuatrocientos sufrieron heridas de muy diversa consideración. Algunas de ellas muy graves, hasta el punto de que todavía hoy hay muchas personas que sufren las secuelas físicas de aquellas heridas. Sin contar con las consecuencias negativas que aquel atentado ha tenido en el estado de ánimo de muchos miles de madrileños, especialmente, como es lógico, entre los familiares y los amigos de las víctimas, pero no sólo entre ellos. Madrid fue el lugar elegido ese día por los terroristas para expresar lo único que saben y quieren expresar. Sus ansias de destrucción del que no es como ellos. Y ante el dolor y la desolación de tantas familias, de tantos padres y de tantos amigos, que lloraban y lloran la pérdida de sus seres queridos, volvió a surgir, como había ocurrido tantas veces, el intento de explicar el por qué de la barbarie, el intento de comprender las posibles razones de los terroristas. Y desde Madrid, al contemplar esos intentos de explicar lo inexplicable, hemos tenido la sensación de lo ya vivido, porque España, y dentro de ella Madrid, lleva muchos años sufriendo el terrorismo. Porque en España desde hace 30 años hemos recorrido un largo camino en el análisis del terrorismo y en la lucha contra los terroristas. Porque España, como ningún otro país del mundo occidental, ha tenido que enfrentarse con este fenómeno. La experiencia española, la experiencia vivida en tantas y tantas familias destrozadas, en tanto dolor y tanto sufrimiento, ha demostrado el error de todos aquellos bienpensantes que los terroristas actuaban movidos por móviles susceptibles de ser explicados. Nuestra experiencia lo único que demostró es que los terroristas siempre se crecen ante cualquier debilidad que puedan detectar. Fue un camino muy duro y lleno de dramáticos errores, pero los españoles acabamos aprendiendo que lo que de verdad persiguen los terroristas es la sumisión incondicional de todos los ciudadanos libres a su proyecto totalitario. Y en esta lucha larga y dura contra el terrorismo, en esta lucha en la que hoy sabemos que cometimos errores que fueron siempre aprovechados por los terroristas, los españoles hemos aprendido que sólo hay un camino para vencerles y ese camino es el de la firmeza de nuestras convicciones. Y de nuestra voluntad de defenderlas siempre con la ley en la mano y sólo con la ley. Y que los intentos de apaciguamiento de los terroristas son el mejor camino para que se crezcan. El 11 de marzo del año pasado Madrid fue víctima de un acto especialmente sangriento; de unos terroristas que por primera vez actuaban en territorio español pero que tienen en común con los demás terroristas no sólo sus métodos basados en el desprecio absoluto de las vidas humanas sino en el afán totalitario de sus fines que no son otros que someter a todos los ciudadanos que quieren ser libres.

El Club de Madrid ha tenido el acierto de convocar y organizar esta Cumbre Internacional sobre Democracia, Terrorismo y Seguridad aquí en Madrid. En la ciudad europea que más ha sufrido los ataques del terrorismo y no sólo el 11 de marzo pasado. Y la Comunidad de Madrid desde el primer momento ha querido colaborar activamente en la preparación y el desarrollo de estas jornadas de las que esperamos que surjan reflexiones y análisis que sirvan para robustecer nuestra fe en los principios que sostienen nuestros regímenes democráticos. Unos principios en los que debemos estar unidos todos los países democráticos, hay que repetirlo muchas veces, tenemos que estar preparados para luchar contra el terrorismo. Porque no hay que olvidar que todos los países democráticos somos blanco, estamos en el punto de mira de los terroristas que ya han demostrado su incompatibilidad total con la democracia. Madrid, como España, sabe mucho de terrorismo y sabe, como les decía antes, que al terrorismo sólo se les puede combatir y erradicar desde la más firme convicción de que los valores en los que se sustentan las sociedades democráticas no son negociables, ni la libertad, ni la igualdad ante la ley de todos los ciudadanos sea cual sea su sexo, raza, religión o condición, ni el Estado de derecho, ni la democracia, ni el imperio de la ley pueden ponerse en cuestión si queremos que los terroristas sepan que sus crímenes están condenados al fracaso. Y además, todos los ciudadanos que tienen la suerte de vivir en regímenes de libertad, como lo son nuestras democracias, tienen que saber, necesitan saber, que sus gobiernos, que sus representantes políticos, que sus gobernantes democráticos jamás van a ceder ante los terroristas porque no existe posibilidad de diálogo entre los ciudadanos que defienden la libertad la ley y la democracia, y aquellos otros que quieren arrebatárselas por el terror. Nuestros valores, el valor de la libertad, de la igualdad y de la democracia son superiores, infinitamente superiores a las utopías visionarias y a los proyectos totalitarios de todos los terroristas. Y en la defensa de esos valores, los españoles sabemos que no puede haber medias tintas, que no puede haber componendas. Señor, señora, quisiera terminar recordando que aquel terrible atentado del 11 de marzo ha estado presente en la vida de todos los madrileños, todos los días, desde aquel día aciago. En todo momento, desde entonces, los ciudadanos de Madrid han mostrado un encomiable espíritu de solidaridad con las víctimas a las que todos hemos intentado apoyar constantemente. Esa ha sido la mejor consecuencia de aquel crimen, que ha servido para que los madrileños hayan dado lo mejor que tienen y hayan demostrado al mundo entero cómo una ciudad puede volcarse en atención a las víctimas y cómo una ciudad puede llenar de sentido profundo el significado de la palabra solidaridad. Yo creo que la magnífica reacción de todo el pueblo de Madrid ante aquel atentado es precisamente la consecuencia de esos valores en que se sustenta nuestra convivencia, nuestro progreso moral y nuestra prosperidad material. Y que al reaccionar así, con calma pero con firmeza frente al desafío terrorista, los madrileños expresamos al mundo el aprecio que tenemos a nuestra libertad. Muchas gracias por su atención.

Presentador: A continuación su Alteza Real el Príncipe de Asturias le dirigirá la palabra.

Su Alteza Real el Príncipe de Asturias

Señora Presidenta de la comunidad de Madrid, señor Presidente del Club de Madrid, señor Alcalde de Madrid, señor Secretario de Estado de Asuntos Exteriores y para Iberoamérica. Saludo también a los señores ministros, Fiscal General, secretarios de Estado y Jefe de Estado Mayor de la Defensa y demás autoridades que nos acompañan. Asimismo, a los miembros del Club de Madrid, a los señores embajadores y a todas las personas que nos acompañan en este acto.

En primer lugar permítanme dar las gracias al Club de Madrid y a todos que junto a esta entidad han trabajado y colaborado para organizar esta cumbre internacional sobre Democracia, Terrorismo y Seguridad, por invitarnos a la Princesa y a mí a presidir este acto.

Es un honor para nosotros dar nuestra cordial bienvenida a España, más concretamente a Madrid a todos las personalidades y expertos de muy diverso origen y nacionalidad que han querido sumarse a esta importante cita. Su participación en el marco de esta cumbre nos reconforta pues nos confirma que en la comunidad internacional no faltan voluntad, esfuerzos y recursos para afrontar con éxito la lucha contra la abominable amenaza que el terrorismo plantea a las sociedades democráticas y a la comunidad internacional.

España, una sociedad libre, plural, democrática y amante de la paz sufre por desgracia desde hace muchos años los estragos de muerte y dolor que causa el terrorismo. También lo sufren muchos de sus países, pero aquí en España hemos expresado el rechazo y la indignación que todo atentado o amenaza terrorista siempre genera.

Este acto en vísperas del primer aniversario de los atroces atentados terroristas perpetrados el 11 de marzo del 2004 en Madrid nos brinda la oportunidad de reiterar la más firme condena y repulsa ante la barbarie que entraña el terrorismo por su consustancial desprecio a los derechos y libertades fundamentales. Nos permite al mismo tiempo rendir un emocionado homenaje de reconocimiento y respeto a todas las víctimas de terrorismo así como expresar una vez más, de corazón, a todos los familiares, nuestro mayor afecto, apoyo y reconocerles la deuda solidaria de toda la sociedad.

Unos sentimientos que en estas fechas queremos dedicar en particular a los 192 niños, mujeres y hombres que fueron brutalmente asesinados, a los cientos de personas que sufrieron heridas de consideración en aquellos crueles atentados del pasado 11 de marzo en Madrid y a las familias de todos ellos. Nunca podremos olvidar la honda conmoción y el profundo dolor vividos en aquellas horas, ni tampoco todos aquellos gestos solidarios que se dieron entonces en nuestra ciudad.

Señoras y señores, democracia y terrorismo son obviamente dos conceptos absolutamente irreconciliables. La democracia cuya extensión y consolidación en el mundo entero constituyen la razón de ser del Club de Madrid, se basa en el respeto a los derechos humanos, a la libertad, y al pluralismo y requiere del estado de derecho para garantizarla. El terrorismo es en cambio, por esencia y por definición, una amenaza para la vida, ultraja los derechos fundamentales, niega la libertad y ataca al Estado de derecho por ello es consustancialmente enemigo de la democracia y de la seguridad internacional.

La violencia terrorista, sus asesinatos, los daños que causa, las amenaza y extorsiones que utiliza, no admiten justificación alguna. Su erradicación constituye un objetivo prioritario e inaplazable, un objetivo que reclama la unidad de todos los demócratas y el empleo de todos los instrumentos del Estado de derecho y el refuerzo efectivo de la cooperación internacional hasta conseguir su total eliminación.

También nos debemos, como decía antes, a todas y cada una de las víctimas del terrorismo, a sus familiares y amigos más cercanos; su memoria, inmenso dolor, inconsolable tristeza, ejemplo y también valentía, nos recuerdan la dimensión de la deuda que tenemos contraída con todos ellos. Siempre estarán en nuestro corazón, pero esto no basta. No solo merecen cariño y consuelo sino también respeto dedicación y entrega solidaria a sus derechos, a sus necesidades y a sus problemas y anhelos.

n definitiva, como dije al inaugurar hace poco más de un año el primer congreso internacional de víctimas del terrorismo, el compromiso de los gobiernos, de la comunidad internacional, de todas las fuerzas políticas democráticas y de los propios ciudadanos frente al terrorismo, debe permanecer activo y alerta. Nuestro objetivo común no puede ser otro que acabar con él.

A la mentalidad totalitaria de los terroristas debemos oponer nuestra pasión por la vida, por la libertad, por la justicia y por la democracia. Ante su brutalidad, y ante quienes los amparan o protegen, contamos con la superioridad ética de un sistema que hace del pluralismo su piedra angular y por ende, debemos desplegar la eficacia de las instituciones democráticas, el peso de la ley y de la justicia. En ello reside nuestra razón y nuestra fuerza.

Para poner fin a estas palabras tan sólo quiero desearles mucho éxito en su tarea. Como heredero de la Corona pero también como persona y como ciudadano, junto a todos ustedes, albergamos todos la esperanza de que los resultados de los trabajos sirvan para avanzar en la erradicación del terrorismo y contribuyan a potenciar todavía más nuestro compromiso común de luchar coordinada y firmemente contra la barbarie que representa este fenómeno. Un empeño que repito no puede disociarse del inexcusable deber de apoyo y entrega que tenemos contraído con todas las víctimas del terrorismo y con sus familias. Muchas gracias y mucha suerte.

Presentador: Con la intervención de su Alteza Real el Príncipe de Asturias finaliza este acto inaugural de la cumbre.

Fotos

El Presidente del Club de Madrid, Fernando Henrique Cardoso, interviene en la inauguración de la Cumbre Internacional sobre Democracia, Terrorismo y Seguridad. (Foto: Club de Madrid)
El Secretario de Estado de Asuntos Exteriores y para Iberoamérica, Bernardino León interviene en la inauguración de la Cumbre Internacional sobre Democracia, Terrorismo y Seguridad. (Foto: Club de Madrid)
El Alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, interviene en la inauguración de la Cumbre Internacional sobre Democracia, Terrorismo y Seguridad. (Foto: Club de Madrid)
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, interviene en la inauguración de la Cumbre Internacional sobre Democracia, Terrorismo y Seguridad. (Foto: Club de Madrid)
Su Alteza Real el Príncipe de Asturias interviene en la inauguración de la Cumbre Internacional sobre Democracia, Terrorismo y Seguridad (Foto: Club de Madrid)
Kim Campbell, Secretaria General del Club de Madrid; Diego Hidalgo, Presidente de FRIDE; Narcís Serra y Ana Palacio en la Sesión inaugural de la Cumbre Internacional sobre Democracia, Terrorismo y Seguridad. (Foto: Club de Madrid)
Con la colabracion deSafe-Democracy Foundation
Miembros del Club de Madrid

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