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9 de Marzo de 2005

Libertad, seguridad y derechos civiles

Moderador: Celso Lafer
Panelistas: Robert K. Goldman, Nicholas Howen, Jorge Dezcallar, Terry Davis, Irene Khan

¿Cuál es el poder de la democracia frente a la amenaza del terrorismo? ¿Es posible alcanzar un equilibrio entre seguridad y libertad en la lucha contra los violentos? ¿Sigue siendo válido el modelo del Estado de Derecho para combatir con eficacia a los que matan indiscriminadamente? ¿Están en retroceso los derechos humanos ante el empuje de la violencia? Estas fueron las principales cuestiones que abordaron los participantes en el panel sobre libertad, seguridad y derechos civiles que estuvo moderado por Celso Lafer, prestigioso profesor de Derecho y ex ministro de relaciones exteriores de Brasil.

Robert Goldman, profesor de Derecho en el Washington Collage of Law, abrió el turno de los oradores afirmando que el equilibrio entre seguridad y libertad es falso. La ecuación de a mayor seguridad menos libertad no es real. “Libertad y seguridad son dos conceptos complementarios”, aseguró Goldman, para quien en cualquier situación, sobre todo en las de emergencia como el 11-S o el 11-M, el poder judicial debe prevalecer y ser siempre independiente, aunque reconoció que los estados, apelando al criterio de defensa propia, incluyen en su marco jurídico artículos que permiten limitar los derechos de los individuos. Lo más importante, explicó en sus conclusiones, es que nunca se debe utilizar la guerra como arma contra el terrorismo

Jorge Dezcallar, actual embajador de España en El Vaticano y ex director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), también se mostró partidario de preservar la independencia de los tribunales y afirmó: “Hay mucho margen para combatir al terrorismo dentro de la ley”. Dezcallar afirmó que existe un consenso generalizado: “Todos queremos libertad con seguridad”. El embajador español se preguntó entonces dónde poner el límite. “Hasta ahora los derechos individuales han primado sobre la seguridad”. Los atentados de Nueva York cambiaron la percepción de las sociedades occidentales acerca del terrorismo: “Ahora nos sentimos vulnerables”, dijo Dezcallar, quien apostó por la ley como el mejor instrumento para luchar contra los terroristas. Ley que debe respetar los derechos humanos y los derechos individuales, con “medidas bien definidas y sometidas al control del poder judicial”. El diplomático español terminó su intervención apelando a la educación, a la cooperación y a la integración como los valores fundamentales del individuo y de las sociedades para mantenerse vivas frente a la amenaza.

En un sentido parecido se expresó Nicholas Howen, secretario general de la Comisión Internacional de Juristas, al resaltar en su discurso que el Derecho y la legislación sobre derechos humanos es un arma fundamental en la lucha contra el terrorismo. Howen afirmó que ciertos principios son inquebrantables: el derecho a la vida, la prohibición de la tortura o el principio de legalidad del Estado de Derecho.

Terry Davis, secretario general del Consejo de Europa, siguió la misma línea que los que le precedieron en el uso de la palabra. Reconoció que es posible conciliar seguridad con los derechos civiles y la libertad si se descartan las medidas arbitrarias por parte de los estados; si se proscriben el racismo y la tortura, y se dan plenas garantías jurídicas a los individuos. Davis apeló a la libertad de información y de expresión y dijo que éstas también ayudan en la lucha contra el terrorismo.

Irene Khan, secretaria general de Amnistía Internacional, fue en la última en intervenir pero fue quizá la voz que con más fuerza se alzó en defensa de los derechos humanos y del Estado de Derecho. Calificó de “crímenes contra la humanidad” los atentados de Nueva York y Madrid y asumió que unos de los deberes de los estados es defender a sus ciudadanos de cualquier amenaza. Pero también hizo una referencia a ciertos abusos que se cometen en los países democráticos y acabó recordando que la seguridad es una tarea global, en la que deben implicarse todos los países: “La seguridad no es una cuestión de fronteras”, concluyó en medio de fuertes aplausos.

Resumen de la sesión


La tensión existente entre las medidas antiterroristas y la protección de las libertades civiles y derechos legales no es nueva. Pero nunca se había sentido de forma tan aguda como ahora.

Robert Goldman, del Washington College of Law de la American University, señaló que los estados aprobaron un código sobre terrorismo en el seno de las Naciones Unidas hace aproximadamente 30 años. El principio fundamental de dicho código consistía en la prevención de actos arbitrarios por parte del poder ejecutivo con protecciones aplicadas a través de un poder judicial independiente. Sin embargo, algunas voces destacadas justifican todavía el uso de la tortura en las actividades antiterroristas. Algunos funcionarios del Departamento de Justicia de los EE.UU. han elaborado un documento con consejos para utilizar la tortura y evitar el procesamiento judicial. Según Goldman, ésto surge de una deliberada confusión entre guerra y terror por parte de la administración Bush, entre otras. Pero las acciones de terror no están necesariamente relacionadas con la guerra y en cualquier caso la legislación sobre derechos humanos debería aplicarse incluso en estado de guerra.

Jorge Dezcallar, Embajador de España ante la Santa Sede, citó el comentario de Tony Blair de que la mayor expresión de la libertad es saber que uno no será destrozado por una bomba. Y lo cierto es que más ataques terroristas llevarán a las personas a aceptar más límites a sus libertades personales para preservar la libertad y la seguridad, afirmó.

Nicholas Howen, secretario general de la Comisión Internacional de Juristas, expresó que la amenaza actual no carece de precedentes ni es nueva. La legislación sobre derechos humanos tiene suficiente solidez como para abordar esta situación, y esas leyes representan nuestros valores. Por tanto no debemos dejarlas de lado, afirmó. Por experiencia, sabemos que las medidas extraordinarias dejan de estar bajo nuestro control a menos que estén supervisadas por un poder judicial independiente.

Terry Davis, secretario general del Consejo de Europa, dijo que se exagera la dificultad de reconciliar los derechos humanos con la acción antiterrorista. En el Consejo de Europa, con la excepción de un estado miembro, los derechos humanos nunca han estado reñidos con la seguridad. Davis dijo que, después del 11-S, el Consejo de Europa definió el modo en que los estados miembro pueden luchar contra el terrorismo de conformidad con las normas de los derechos humanos.

Irene Khan, secretaria general de Amnesty International de Londres, condenó la ausencia de valoraciones auténticas sobre la necesidad, proporcionalidad o efectividad de las medidas antiterroristas. Los debates han sido reducidos y se han aplicado medidas más allá de los límites del estado de derecho. Afirmó que esta es una batalla de valores y no de leyes. Los derechos humanos y la seguridad se refuerzan mutuamente y otorgan credibilidad y legitimidad a las acciones gubernamentales. Pero sin controles en el ejercicio del poder de un gobierno, no estaremos protegidos contra los abusos.

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Audio


Audio completo de la sesión

Fotos

De izquierda a derecha, Robert Goldman, Nicholas Howen, Jorge Dezcallar, el moderador, Celso Lafer, Irene Khan y Terry Davis, en la conferencia. (Foto: Cub de Madrid)
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