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Comunidad / Ciudadanos
10 de Marzo de 2005
Una alianza necesaria: Cómo reforzar las relaciones transatlánticas en el siglo XXI
Esta ponencia abordaba un tema de gran actualidad. Después de un periodo de tensas relaciones entre Estados Unidos y la Unión Europea (o entre Estados Unidos y algunos de los países miembros de la Unión), el presidente Bush y su ministra de Asuntos Exteriores visitaron Europa en sendos viajes oficiales. El presidente se detuvo en Bruselas, para luego visitar Alemania y Eslovaquia; Condolezza Rice viajó por su parte a Londres, Berlín, Varsovia, Ankara, Jerusalén y París. Las expectativas eran grandes, porque todavía existían algunos puntos de fricción entre ambos bloques: el problema nuclear iraní, la decisión europea de levantar el embargo de armas a China, etc. Las declaraciones no defraudaron: tanto el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, como el presidente George W. Bush declararon las heridas cerradas. Pero, ¿era esto verdaderamente así? ¿Puede decirse que entramos nuevamente en una fase de acercamiento y de cooperación transatlántica?Éste fue el planteamiento de partida que asumió el moderador, el presentador de la BBC Nik Gowing. El primero en responder fue el director del Centro de Estudios Europeos, Timothy Garton Ash. Para el británico, que acaba de publicar un libro sobre el tema, Europa se ha apresurado a mostrar que las discrepancias están resueltas, en parte por su obsesión de responder con celeridad y a veces de forma irreflexiva a los movimientos de su aliado estadounidense. No hay por tanto voluntad independiente, se actúa sólo por reacción a las decisiones de EEUU.
Madeleine Albright, ex ministra de Asuntos Exteriores de EEUU, señaló que ambas partes deben realizar cambios en sus políticas. En lo que respecta a Irán, Albright afirmó que Europa debe adoptar una postura de mayor dureza y EEUU una más flexible. En Oriente Próximo, por su parte, debe ponerse en práctica la Hoja de Ruta. Pero también hay diferencias en temas como la defensa de Taiwan o la importancia geoestratégica de Turquía. Albright mostró algunas diferencias con el ex ministro de Asuntos Exteriores francés, Hubert Vedrine, quien trató de reducir las relaciones bilaterales a un acuerdo puramente defensivo. Partiendo de estaba base, indicó el francés, podrían alcanzarse acuerdos puntuales sobre otros temas. Para Albright, una alianza "a la carta" sería una alianza débil e ineficaz; es necesario formar estructuras institucionales de colaboración y asociación; y, sobre todo, poner en pie el mayor número de proyectos conjuntos posibles, puesto que es en la práctica como funcionan mejor y como se robustecen las alianzas. Albright se mostró optimista respecto de la actitud menos individualista mostrada recientemente por el gobierno estadounidense. Éste está cambiando lentamente y para que este proceso continúe se hace necesario que Europa le ofrezca su respaldo en algunas cuestiones importantes.
Algunos de los ponentes se interrogaron sobre el cambio de actitud estadounidense. ¿Es una reacción genuina, o responde a intereses más profundos? ¿Quiere Estados Unidos una Unión Europea fuerte?, se preguntó Gijs de Vries, el coordinador antiterrorista de la Unión Europea. El propio Vries declaró que existe una cooperación creciente entre ambos bloques, y que se hace necesario integrar estos esfuerzos en el marco supranacional de las Naciones Unidas. Hay que buscar áreas prácticas de cooperación, como Afganistán o Irak. Ante la buena voluntad estadounidense, Europa debe responder de la misma manera.
[Redacción Web]